Fabián utiliza su amor por la literatura como un vehículo para criticar la sociedad moderna, desde la antigua China hasta la España contemporánea. Su capacidad para mezclar referencias literarias con comentarios sociales lo hace destacar entre la multitud, como un libro de poesía en una biblioteca de manuales de autoayuda.

Con un bisturí verbal, Fabián disecciona la política española y los comportamientos de sus actores. Sus observaciones, aunque sarcásticas, revelan una profunda preocupación por el estado del discurso político. En este sentido, es como el Da Vinci de la sátira: un maestro que encuentra en cada escándalo un nuevo lienzo.

Su humor se escapa de las letras y se desliza en memes más agudos que cualquier cuchillo. El famoso "Cthulhu by gaslight" es un gran ejemplo de cómo convierte conceptos complejos en risas, como si cada post fuera un pequeño capítulo de su propia novela humorística.