Diego muestra un amor desbordante por los homenajes culturales, aunque su entusiasmo por la historia parece más del tipo que hace una fiesta de disfraces con personajes de la Revolución Francesa.

Compartiendo su experiencia personal con el cáncer, muestra que su humor a veces tiene un trasfondo trágico, como un sketch de La Casa de la Risa después de un episodio de Black Mirror.

Con la astucia de un filósofo y la intensidad de un activista, Diego ve la protesta como una mezcla de arte y caos, como un performance de Banksy que se volvió descontrolado.

Sus impresiones sobre libros son como un vino añejo: ricas en matices, pero a veces te hacen preguntar si realmente leíste lo mismo que él.