Juanjo tiene una predilección notable por hurgar en las entrañas de la cultura pop, desde sus reflexiones sobre 'Doctor Who' hasta sus intentos de imaginar a 'Cobi' como un bestiario medieval. Es como un arqueólogo digital, desenterrando los tesoros de nuestro yo infantil con una pizca de sarcasmo.

Su habilidad para inyectar humor en observaciones cotidianas es digna de un guionista de comedia. Las historias sobre su pánico al abrir la puerta o su relación amor-odio con el café destacan su capacidad para hacer reír a los demás a partir de su propia vulnerabilidad. Es un recordatorio divertido de que, a veces, la vida es simplemente un gran chiste.

Juanjo no se queda atrás al confrontar la actualidad, haciendo referencia a temas políticos con un ingenio mordaz. Su referencia sobre Feijoo y Pedro es un clásico ejemplo de sátira política que deja una sonrisa ambigua, ya que, como buen andaluz, sabe que la risa y el llanto a menudo conviven en la misma frase.